domingo, 27 de junio de 2010

Autoestimulación

Recupero mil placeres con mi hemisferio izquierdo. Luego, del otro lado, nada consigue sorprenderme. Todo es puro suspenso, porque puedo anticipar lo que vendrá, pero no de qué manera lo hará ni qué vendrá luego. Tan abstraída de todo y, a la vez, tan encarnada mentalmente, las vivencias auténticas nunca logran sorprenderme. Todo está bien adentro,
recuperado de un afuera. Luego, cuando hay afuera, nada revoluciona mis adentros. Mi placer es mi mente. Mi mente es mis ojos. Mis ojos son pura fachada. Pero las fachadas sólo me fascinan si las reconstruyo con la mente. Podría no depender de nada ni de nadie y elaborar, con negativos cerebrales y técnicas aprendidas empíricamente, todo un proyecto de film autobiográfico. Con guiones de conversaciones ya tenidas y actores -conocidos por mí, o no- podría (re)elaborar sensaciones para deleitarme, sola. Podría extraer escenas de relaciones obsoletas y el tacto de alguien aplastado por el tiempo para armar largometrajes dramáticos, pornográficos. Podría dejar de vivir y volverme mera espectadora. Podría dejar de actuar y sólo elaborar, sólo ser directora. Podría fascinarme con comunidades excéntricas, lujuriosas, sedientas, y seguir siendo un solitario y egocéntrico coleccionista que adora su cuidada filmoteca. Pero espero mucho más.

3 comentarios:

  1. relaciones obsoletas.
    si, creo que encontre la frase perfecta para definir mi ultima capacidad desarrollada.

    me quede pensando con tu texto.
    uhm...

    pasare seguido por aca.

    saludos.

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  2. Qué bueno que la misión se haya cumplido: dejar pensando a la gente es esencial para mí.

    Saludos!

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