miércoles, 23 de diciembre de 2009

Resta

El boceto, aún siendo un mero bosquejo,
fue trazado con dedicación.
Pero el trabajo resultante
era, aún, realmente impredecible.
Cuando se valió de la paleta
y los colores comenzaron a dar vida
a esa mera diagramación,
las líneas devinieron formas concretas,
cada vez más precisas,
progresivamente interesantes.
La escena figurada terminó siendo
inesperadamente fiel al original diseño.
Pero para llegar a la armonía suprema
aún restaba algo por hacer:
un toque indescriptible,
una fusión de tonos incompatibles,
la exclusión de algún elemento discordante.
Aún debía realizar una última operación
que no lograba definir
antes de que tuviera el valor de fechar y firmar
en el margen inferior derecho.
Antes de enmarcar y, satisfecha,
colgar la pieza para deleite de ambos.

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